domingo, 24 de septiembre de 2017

La serpiente monstruo de la Guajira, Colombia.




Este reptil extinto hace 60 millones de años podría medir entre 14 y 17 metros de largo y la más pequeña podría pesar hasta una tonelada.


El estudiante colombiano Edwin Cadena en el año 2005, visitaba la mina de carbón de Cerrejón en busca de fósiles y encontró la vértebra de lo que parecía un cocodrilo. Meses después, el hueso llegó hasta la Universidad de Florida dentro de una caja etiquetada como "huesos de cocodrilo" y alguien se dio cuenta de que algo no cuadraba. Comparando meticulosamente el hueso, Alex Hastings y otros miembros de su equipo se quedaron petrificados: aquella vértebra pertenecía a una serpiente de un tamaño descomunal y desconocido hasta entonces.Interesados por el descubrimiento, los científicos revisaron los centenares de fósiles etiquetados y guardados junto a los restos de tortugas gigantes y cocodrilos encontrados en la mina colombiana de Cerrejón, el mayor yacimiento de fósiles del mundo. El resultado fue el hallazgo de más de un centenar de vértebras de serpiente. 


“Es probablemente uno de los hallazgos más importantes en la historia de Colombia”, así lo define el geólogo Carlos Jaramillo, funcionario del Instituto Smithsonian en Panamá y quien fue partidario de la creación de la replica de la una de las culebras más grandes del planeta, la Titanoboa. 

Los restos del cráneo de la serpiente y de su mandíbula sugieren que la cabeza tendría alrededor de 60 centímetros, pero que sus fauces se podían abrir con más de un metro y medio de amplitud. Pero, ¿cómo alcanzó semejante tamaño? Los investigadores creen que se debió a la temperatura de la zona pantanosa en la que vivieron las serpientes. El equipo de Cerrejón publicó en 2009 que el ambiente tenía un alto contenido en dióxido de carbono y que la temperatura media pudo estar entre 30 y 33 grados centrados. 

Redacción: Texto Fresco CM





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